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12 Ejemplos de Ciclos Económicos en la historia

Actualizado el 10 de febrero 2023

Lea nuestro artículo sobre las causas, variables y fases del Ciclo Económico; así como sus definiciones según varios autores.

La Estanflación de los años 70 en USA

La estanflación de los años setenta fue un periodo de paralización económica y subida de precios que afectó a la economía de Estados Unidos de Norte América.

Durante este período, la economía estadounidense sufrió una elevada tasa de desempleo, un escaso crecimiento económico y un incremento de la inflación.

Este periodo se considera a menudo atribuible a la crisis del petróleo de los años 70, que hizo que los precios del petróleo se elevaran enormemente y que el dólar estadounidense perdiera valor.

Otros de los factores que contribuyeron fueron el lento crecimiento económico debido a las normativas gubernamentales, el aumento de los costes laborales y el declive de la productividad.

Durante este periodo, la Reserva Federal también aplicó una política monetaria contractiva, que contribuyó aún más al deterioro económico.

La Gran Depresión de los años 30 en USA

Fue una severa recesión económica que duró de 10 años (1929 - 1939) y se fue caracterizando por el alto desempleo, la baja producción industrial y la deflación.

Fue causada por una combinación de múltiples factores como:

  • La Ley Arancelaria Smoot-Hawley
  • Incremento de los impuestos
  • una política monetaria contractiva por parte de la Reserva Federal
  • Regulaciones bancarias débiles
  • El hundimiento del mercado de valores de 1929

Durante este periodo, cerraron numerosas empresas, disminuyeron los salarios y aumentó el desempleo.

La Reserva Federal aplicó una política monetaria expansiva para intentar combatir la recesión económica, pero no fue hasta las políticas del New Deal de la década de 1930 cuando la economía empezó a recobrarse.

La Post-Guerra de los años 50 - 60 en USA

Este fue un periodo de constante crecimiento económico. Este periodo se caracterizó por un bajo desempleo, una baja inflación y un elevado crecimiento económico.

El auge de la posguerra se produjo en gran medida por la expansión del sector manufacturero, impulsada por el acelerado crecimiento del gasto de los consumidores y de la inversión, y por la incorporación de nuevas tecnologías.

El gobierno estadounidense también aplicó políticas fiscales expansivas, como reducciones de impuestos, para ayudar a impulsar el crecimiento económico.

Además, la Guerra Fría provocó un aumento del gasto público y el desarrollo de nuevas industrias, como la aeroespacial y la informática.

Recesión a inicio de los 90s en Canadá

La recesión se inició en 1990 y duró hasta 1993, y provocó un descenso significativo del PIB y una disminución del gasto de los consumidores.

El gobierno canadiense aplicó una serie de políticas fiscales y monetarias para incentivar la economía y, finalmente, la recesión terminó y la economía empezó a crecer de nuevo.

Esta recesión se derivó de una acumulación de factores, entre ellos la fragilidad de la economía mundial, los fuertemente elevados tipos de interés y los déficits presupuestarios.

Este periodo de contracción económica se caracterizó por un ritmo lento de crecimiento económico, una elevada tasa de desempleo y un aumento de la inflación.

Crisis Financiera de 2008 en Canadá

Esta crisis tuvo un impacto significativo en la economía canadiense, la cual atravesó una profunda recesión, y el Producto Interno Bruto (PIB) real del país se contrajo un 3,4% durante la crisis.

La tasa de desempleo de Canadá aumentó hasta el 8,3%, su nivel más alto desde 1997.

Entre octubre de 2008 y abril de 2009 se suprimieron mas de 100 mil puestos de trabajo.

La crisis también ocasionó un fuerte descenso de los precios del petróleo y de otras exportaciones canadienses de materias primas

A pesar del impacto de la crisis, Canadá fue una de las economías más sólidas en comparación con otras naciones. Por tal motivo, el Foro Económico Mundial ha clasificado a Canadá en primer lugar entre más de 140 economías en términos de resiliencia económica

Recesión Española entre 2007 y 2009

Entre 2007 y 2009 España sufrió una grave recesión provocada por la crisis financiera mundial. El Producto Interno Bruto (PIB) real se contrajo un 3,7%, lo que condujo a un fuerte aumento del desempleo hasta el 19,4%, el nivel más alto desde 1996.

A ello se sumó una pronunciada caída de los precios del petróleo y de otras exportaciones españolas de materias primas, lo que agudizó aún más los efectos de la crisis financiera en la economía española.

Recesión en Alemania: 2006-2009

Entre 2006 y 2009, Alemania sufrió una grave recesión como consecuencia de la crisis financiera mundial. El Producto Interior Bruto (PIB) real de Alemania se contrajo un 4,2%, lo que provocó un fuerte aumento del desempleo hasta el 8,1%, el nivel más alto desde la reunificación.

A ello se sumó una drástica caída de los precios del petróleo y de otras materias primas exportadas por Alemania, lo que agravó aún más los efectos de la crisis financiera en la economía alemana.

La economía alemana se recuperó posteriormente, pero la crisis dejó efectos duraderos en el mercado laboral del país.

Alemania: 2010

En este año la economía alemana comenzó a recuperarse de la grave recesión del 2006-2009. El crecimiento del PIB fue positivo, con un aumento del 3,6%, y el desempleo retrocedió al 7,1%.

Esto fue impulsado por las fuertes exportaciones, el gasto de los consumidores y la inversión.

La confianza de los consumidores y las empresas en el país, también mejoraron, señal de que la economía estaba firmemente encaminada hacia la recuperación.

Chile: 1997 - 1999

Entre 1997 y 1999 se registró una fuerte recesión en Chile, provocada por la crisis financiera asiática. Durante este periodo, el PIB se contrajo un 4,8%, lo que provocó un fuerte aumento del desempleo hasta el 11,3%, el nivel más alto desde principios de los años ochenta.

A ello se sumó una fuerte caída de los precios del cobre y de otras materias primas de exportación.

Italia: Década de los años 90

A principios de la década de 1990, la economía italiana se caracterizó por un crecimiento lento, una inflación pronunciada y déficits presupuestarios constantes.

Estos desafíos económicos se debían en parte a una gran deuda pública, el envejecimiento de la población y una legislación laboral rígida que obstaculizaba a las empresas la contratación y el despido de trabajadores.

Por su parte, el gobierno italiano procuró hacer frente a estos retos a través de una serie de medidas de ahorro, que incluían reducciones del gasto público, subidas de impuestos y cambios estructurales encaminados a mejorar la competitividad de la economía italiana.

A pesar de todas estas medidas, nada de esto fue suficiente para estimular el crecimiento, y la economía italiana se mantuvo estancada en un período de crecimiento lento y alta inflación.

No fue, sino hasta finales de los años noventa, gracias en parte a la adhesión del país a la Unión Europea y a la introducción del euro en 1999.

La llegada del euro contribuyó a estabilizar la economía italiana y a disminuir la inflación, lo que facilitó la obtención de préstamos y la financiación de nuevas tecnologías.

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Japón: La Década Perdida

La Década Perdida es un periodo de parálisis económica en Japón que duró de 1991 a 2001.

Todo empezó con el desplome de la burbuja de precios de los activos japoneses a principios de la década de 1990, que hizo caer en picada los precios de las acciones y los valores inmobiliarios.

Esto condujo a una grave recesión, con un descenso del PIB de casi el 1% anual. Durante este periodo, el gobierno japonés puso en marcha una serie de políticas destinadas a estimular la economía, pero no tuvieron éxito y el país experimentó un bajo crecimiento económico.

Japón: 2013

En 2013, la economía japonesa se estaba recuperando de un periodo de estancamiento económico. El Gobierno del primer ministro Shinzo Abe puso en marcha una serie de reformas y medidas de estímulo, conocidas como "Abenomics", con el objetivo de dinamizar la economía. Entre ellas se encontraban la expansión monetaria, el estímulo fiscal y las reformas estructurales.

Por consiguiente, el mercado de valores japonés, expresado por el índice Nikkei 225, subió más de un 50% en 2013, gracias a la mayor confianza de los inversores y al abaratamiento del yen.

Esto causó que las exportaciones también aumentaran, beneficiándose de la moneda más débil, y la economía creció en un 1,5%, lo que hizo que por primera vez en más de una década, el país pudiera registrar varios trimestres consecutivos de crecimiento económico.

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